lunes, 7 de octubre de 2013

7 de octubre

Geroldo


Peregrino y mártir, 1201 – 1241
Pobre y comedido, cuando Geroldo dejó Colonia para dirigirse a Tierra Santa, al llegar a los Alpes tuvo que atravesar un oscuro bosque, donde unos malvivientes lo aguardaban para asaltarlo.
Al llegar a un angosto sendero, los bandidos fingieron hallarse sumidos en una furiosa pelea. Apenas los vio, Geroldo corrió hacia ellos, tratando de convencerlos, en nombre de Cristo, de que detuvieran su pecaminoso proceder. Por toda respuesta, ellos se abalanzaron sobre él y, decepcionados de encontrarlo tan pobre, lo torturaron hasta matarlo, enviándolo directamente al paraíso. Se encontró tan a gusto, que ahí se quedó.
Junto a su sencilla tumba tuvieron lugar tantos milagros que sus
restos fueron trasladados a Cremona y sepultados en un suntuoso mausoleo de mármol, que pronto atrajo a numerosos peregrinos. De regreso, varios de ellos fueron a su vez asaltados y remitidos a su lado.
Cuatrocientos años más tarde, el papa regaló a los fieles de Colonia algunas reliquias del santo, que descansan desde entonces en una iglesia de su ciudad natal, donde se lo invoca contra ladrones y asaltantes.

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