viernes, 18 de octubre de 2013

18 de octubre

Lucas 

Evangelista, m. hacia el año 86

Médico grecoparlante oriundo de Antioquia que encontró apasionante el estudio del virus del cristianismo. Reclutado por el apóstol Pablo, de quien se convirtió en compañero inseparable, escribió de oídas un Evangelio que, a diferencia de los demás, ha sido concebido para una audiencia de gentiles y hace hincapié en la universalidad de Cristo más que en un repaso de las profecías judías.
Cuando tenía ochenta y cuatro años fue ahorcado en un olivo en Patrás.
Lucas fue pronto venerado como pintor de la Virgen María, a quien jamás había visto en su vida, detalle que no impidió que le hiciera siete retratos fidedignos.
Cuando en el 590 la peste asolaba Roma, el papa Gregorio ordenó que se llevara a cabo una procesión de tres días. En ella, el más célebre retrato pintado por el evangelista, La madonna y el niño, antes propiedad de la emperatriz Pulqueria, fue sacado de la iglesia Santa María Maggiore para ser llevado por las calles y la peste se desvaneció como por encanto.
El emblema de Lucas es un buey alado. Si bien el símbolo resulta inexplicable, le ha granjeado la veneración de los carniceros.
Por razones obvias, asume muy especialmente el patronazgo de los pintores, médicos y cirujanos, de los notarios porque redactó las “actas” de los apóstoles y vaya uno a saber por qué, es también patrono de los encuadernadores.
Asimismo, suele ser muy eficaz para propiciar buenas condiciones climáticas.

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