18 de octubre
Lucas
Evangelista, m. hacia el año 86
Médico grecoparlante oriundo de Antioquia que encontró
apasionante el estudio del virus del cristianismo. Reclutado por el apóstol Pablo, de
quien se convirtió en compañero inseparable, escribió de oídas un Evangelio que,
a diferencia de los demás, ha sido concebido para una audiencia de gentiles y
hace hincapié en la universalidad de Cristo más que en un repaso de las
profecías judías.
Cuando tenía ochenta y cuatro años fue ahorcado en un
olivo en Patrás.
Lucas fue pronto venerado como pintor de la Virgen María, a quien
jamás había visto en su vida, detalle que no impidió que le hiciera siete
retratos fidedignos.
Cuando en el 590 la peste asolaba Roma, el papa Gregorio
ordenó que se llevara a cabo una procesión de tres días. En ella, el más
célebre retrato pintado por el evangelista, La madonna y el niño, antes
propiedad de la emperatriz Pulqueria, fue sacado de la iglesia Santa María Maggiore
para ser llevado por las calles y la peste se desvaneció como por encanto.
El emblema de Lucas es un buey alado. Si bien el
símbolo resulta inexplicable, le ha granjeado la veneración de los carniceros.
Por razones obvias, asume muy
especialmente el patronazgo de los pintores, médicos y cirujanos, de los
notarios porque redactó las “actas” de los apóstoles y vaya uno a saber por qué,
es también patrono de los encuadernadores.
Asimismo, suele ser muy eficaz para propiciar buenas
condiciones climáticas.
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