domingo, 13 de octubre de 2013

13 de octubre

Colman



Mártir, m. hacia 1012


Peregrino escocés o irlandés a quien el renombre de Jerusalén lanzó a los caminos. Remontando el Danubio, al llegar a Stockerau, a unos diez kilómetros de Viena, fue detenido como sospechoso. No pudiendo explicar satisfactoriamente qué hacía en el lugar debido a su desconocimiento del idioma, terminó en un patíbulo improvisado al pie de un árbol marchito, siguiendo un imprevisto atajo hacia su destino final.
Por desidia popular, para ahuyentar a otros supuestos merodeadores o acaso a las bandadas de pájaros que arruinaban los sembrados, su cuerpo sin vida permaneció más de un año colgando del árbol, aunque sin corromperse. Cuando en una oportunidad le cortaron un trozo de carne para un paralítico que además de impedido debía estar muy hambriento, de su cuerpo fluyó sangre fresca y el enfermo sanó de inmediato.
Como si esto hubiera sido poco, en la primavera siguiente, el árbol
marchito y hasta la soga de la que Colman colgaba, empezaron a echar hojas. Y así siguió, de prodigio en prodigio, hasta que los lugareños decidieron darle cristiana sepultura, sobre la que primero erigieron una capilla, más tarde una iglesia y finalmente un monasterio. Pero ni aún así consiguieron impedir que siguiera propiciando milagros.
Venerado también los 17 de julio, es tenido por patrono de Austria y protector de los ahorcados. Se lo invoca contra la tempestad, la peste y las epidemias que diezman al ganado.
Comparte su día con el terrateniente Geraldo, el abad Venancio y Eduardo el Confesor, a quien la lucha contra las invasiones vikingas lo hizo rey de  Inglaterra y la política lo llevó a la santidad, cien años después y sin que él hubiera puesto gran cosa de su parte.

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