martes, 29 de octubre de 2013

28 de octubre

Judas Tadeo


Apóstol
Carpintero de Nazaret, nieto de Cleofás y santa Ana, hermano de Santiago el Menor y de Simón el Zelote y, en consecuencia, también primo del Redentor, fue uno de los doce apóstoles que, a la muerte de Jesús, se esparcieron por el mundo a predicar la buena nueva, que no era la de su horrible final sino la de su resurrección.
A Judas le tocó en suerte vagar por Arabia y la Mesopotamia, pero pronto se reunió con su hermano Simón y juntos viajaron a Persia, donde el general Badarac se encontraba a punto de marchar a la guerra contra la India. Y así, mientras el general preguntaba a sus dioses cuál sería el resultado de la campaña y los dioses respondían que en grandes batallas morirían muchos soldados, los santos apóstoles, presentes en el templo, estallaron en carcajadas. La sorpresa de Badarac fue tal que demoró en dar la orden de cortar las cabezas de esos judíos impertinentes, gracias a lo cual los apóstoles tuvieron tiempo de explicarse: “Con nosotros ha llegado la paz: mañana –predijeron– se presentarán los mensajeros de los indios
para someterse voluntariamente a tu poder
Los sacerdotes idólatras pusieron el grito en el cielo y acusaron a Judas y Simón de agentes del enemigo, pero como se trataba de esperar tan sólo un día y no un mes o un año, Badarac aguardó y, para su sorpresa, al día siguiente arribaron los mensajeros de la India para ofrecer voluntariamente la sumisión del país.
Badarac quiso entonces inmolar en la hoguera a los idólatras, más Judas Tadeo dijo: “No hemos sido enviados a matar a los vivos sino para devolver la vida a los muertos”
Impresionado, el general se hizo bautizar junto a muchos de sus soldados y oficiales, mas los sacerdotes paganos no cesaron de
conspirar hasta conseguir que finalmente Judas fuera decapitado y Simón cortado en dos mediante una sierra.
Invocado en situaciones desesperadas, Judas es venerado también el 21 de agosto.
Simón, por su parte, protege a los tintoreros, curtidores y peleteros, y resulta de gran ayuda contra las malas mujeres que juegan a ser hombres.
Se lo celebra también el 29 de abril y el 10 de mayo.
Comparten el 28 de octubre con Alfredo, rey de Inglaterra que se pasó la vida expulsando a los daneses de su reino. Sus virtudes fueron tan evidentes que no valió la pena canonizarlo.

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