jueves, 31 de octubre de 2013

31 de octubre

Quintín



Mártir, m. hacia el 287
Quizá romano, tal vez hijo del famoso senador Zeno, posiblemente mártir en Amiens, acaso en compañía de san Luciano de Beauvais, a lo mejor detenido por el prefecto Rictiovarus quien lo habría finalmente decapitado para luego arrojar sus restos al río Somme, es con toda seguridad venerado en la localidad francesa de San Quintín y quién sabe si en la cárcel del mismo nombre.
Existe, sí, absoluta certeza de que ha sido proclamado patrono de los cerrajeros

miércoles, 30 de octubre de 2013

30 de octubre

Dorotea de Montau



Viuda, 1347‑ 1394
A la edad de siete años cayó dentro de un caldero con agua hirviendo y desde entonces se aficionó a martirizar su carne. Se quemaba con hierros candentes y en las rodillas se le crearon abscesos supurantes, ya que gustaba de arrodillarse sobre duras tablas o afiladas virutas. Para peor, echaba salmuera y ortigas sobre sus heridas a fin de evitar que sanasen.
Hacia finales de su adolescencia la casaron con un artesano. El matrimonio duró veintiséis años que para Dorotea fueron un único suplicio. Para el artesano, más.
La actitud de nuestra santa era tan casta que su espíritu permaneció virgen. Con el apoyo de su confesor se sustraía del abrazo matrimonial tantas veces como le era posible y, cuando al fin nació una hija, Dorotea logró que el sufrido artesano renunciara a sus derechos matrimoniales. La hija se hizo más tarde monja.
Más que la abstinencia, al artesano lo exasperaba muy
especialmente que su cónyuge fuera sorprendida por arrebatamientos durante el trabajo del hogar. A menudo Dorotea guisaba pescado sin quitarle las escamas o sin limpiarlo, y ni siquiera se daba cuenta. En cierta oportunidad fue hasta el mercado para comprar hilo, pero pasó por la Iglesia y al regresar había olvidado por completo la razón por la que había salido de su casa. Otra vez dejó de darle el pecho a su hija, que lloraba, porque cayó en un profundo éxtasis. Su marido la sacó de trance mediante un expeditivo golpe en la cabeza; las señales permanecieron visibles durante muchos años.
Al fin el artesano compró una casa en la que ella tenía su propia habitación. Ahí pasaba las noches enteras con la ventana abierta, extasiada en fogoso amor por su prometido celestial. A partir de 1378 recibió las llamadas “heridas de amor”, que se efectúan en el
espíritu, pero que también resultan orgánicamente perceptibles.
Era herida por flechas, lanzas y rayos, y esto casi a diario. Hacia 1390 recibió una “herida desgarradora”, un profundo agujero en el pecho que se repitió cada año por Pascua hasta el fin de su vida.
Cuando el artesano abandonó este auténtico valle de lágrimas, Dorotea pudo entrar al monasterio de Marienwerder. Poco después, se hizo tapiar en la iglesia como reclusa y en sus últimos meses de vida el Salvador le confirmó que verdaderamente se había convertido en su esposa.
No nos han sido dados a conocer detalles del milagroso incidente.

martes, 29 de octubre de 2013

29 de octubre

Abraham y María de Quiduma



Anacoreta y penitente, respectivamente, m. hacia 355
Abraham abandonó la carrera de las armas y vivió cincuenta años en el desierto, abocado al ayuno y la mortificación. Cuando murió un hermano suyo, dejando huérfana a María, una pequeña niña de siete años, Abraham la llevó a su morada y, en la celda exterior de su ermita, le arregló un pequeño habitáculo a fin de que compartiera su admirable modo de vida. Él, por su parte, ocupaba la celda interior, que abandonaba muy pocas veces, e impartía a su sobrina enseñanzas sobre las Escrituras a través de una ventana abierta entre ambos recintos.
Guiada por el anacoreta y sin saber muy bien lo que hacía, María se sometió desde muy tierna edad a toda suerte de ejercicios de penitencia. No conforme con eso, Abraham repartió entre los pobres la rica herencia de su sobrina, para que nunca se desarrollaran en ella ideas mundanas.
Pasaron veinte años y María se había convertido en una lozana y apetecible doncella. Un monje que vivía en las cercanías sentía bullir su sangre cada vez que veía a la encantadora muchacha. Un
día se acercó a su ventana y empezó a hablar con ella, hasta que con su alegre conversación la animó a salir. María, tan inocente como cualquier otra bestezuela del bosque, no tenía por qué sospechar de un religioso y se dejó hacer: bajo el pretexto de practicar con una nueva y singular manera de rezar, el monje consiguió que se quitara las ropas y finalmente logró seducirla y robarle la preciosa virginidad.
María cayó en una profunda desesperación y, no animándose a mirar a su tío a la cara, huyó del lugar.
Llegada a una gran ciudad portuaria, encontró trabajo en una taberna y, habiendo hecho ya la mitad del camino, pronto acabó viviendo del alquiler de su cuerpo.
Día y noche, durante dos años, Abraham suplicó a Dios que le revelara el destino de su sobrina, pero acabó enterándose de su dirección a través de un viajero. Vistió entonces su vieja armadura de soldado, tomó prestado un caballo, cabalgó hasta la ciudad y se
albergó en la taberna. Sólo mediante un gran esfuerzo consiguió dominar su agitación al ver a María con un vergonzoso vestido de prostituta, y le dio a entender que deseaba gozar de su compañía. Ella subió a su habitación y, no bien estuvieron a solas, Abraham se descubrió la cabeza y exclamó: “¿Me reconoces, María?”
María lo reconoció, pero quedó tan perturbada que perdió el habla y apenas si atinó a apoyar la frente sobre el pecho de su tío, que la consoló con palabras apaciguadoras.
Tío y sobrina regresaron juntos al yermo y juntos prosiguieron la
vida de siempre, aunque, por precaución, ahora él ocupaba la celda exterior.
María sobrevivió cinco años  a su tío. Hasta su muerte, los paseantes se detenían a menudo para escuchar perturbados los fuertes lamentos de la penitente.
Del monje y su innovador método de oración no volvieron a tenerse noticias.
Patronos de las prostitutas arrepentidas, en estampas se presenta a Abraham como anciano, con una larga y puntiaguda barba, en compañía de una puta.

28 de octubre

Judas Tadeo


Apóstol
Carpintero de Nazaret, nieto de Cleofás y santa Ana, hermano de Santiago el Menor y de Simón el Zelote y, en consecuencia, también primo del Redentor, fue uno de los doce apóstoles que, a la muerte de Jesús, se esparcieron por el mundo a predicar la buena nueva, que no era la de su horrible final sino la de su resurrección.
A Judas le tocó en suerte vagar por Arabia y la Mesopotamia, pero pronto se reunió con su hermano Simón y juntos viajaron a Persia, donde el general Badarac se encontraba a punto de marchar a la guerra contra la India. Y así, mientras el general preguntaba a sus dioses cuál sería el resultado de la campaña y los dioses respondían que en grandes batallas morirían muchos soldados, los santos apóstoles, presentes en el templo, estallaron en carcajadas. La sorpresa de Badarac fue tal que demoró en dar la orden de cortar las cabezas de esos judíos impertinentes, gracias a lo cual los apóstoles tuvieron tiempo de explicarse: “Con nosotros ha llegado la paz: mañana –predijeron– se presentarán los mensajeros de los indios
para someterse voluntariamente a tu poder
Los sacerdotes idólatras pusieron el grito en el cielo y acusaron a Judas y Simón de agentes del enemigo, pero como se trataba de esperar tan sólo un día y no un mes o un año, Badarac aguardó y, para su sorpresa, al día siguiente arribaron los mensajeros de la India para ofrecer voluntariamente la sumisión del país.
Badarac quiso entonces inmolar en la hoguera a los idólatras, más Judas Tadeo dijo: “No hemos sido enviados a matar a los vivos sino para devolver la vida a los muertos”
Impresionado, el general se hizo bautizar junto a muchos de sus soldados y oficiales, mas los sacerdotes paganos no cesaron de
conspirar hasta conseguir que finalmente Judas fuera decapitado y Simón cortado en dos mediante una sierra.
Invocado en situaciones desesperadas, Judas es venerado también el 21 de agosto.
Simón, por su parte, protege a los tintoreros, curtidores y peleteros, y resulta de gran ayuda contra las malas mujeres que juegan a ser hombres.
Se lo celebra también el 29 de abril y el 10 de mayo.
Comparten el 28 de octubre con Alfredo, rey de Inglaterra que se pasó la vida expulsando a los daneses de su reino. Sus virtudes fueron tan evidentes que no valió la pena canonizarlo.

domingo, 27 de octubre de 2013

27 de octubre

Ivo Helory



Abogado de los pobres, m. hacia 1303
Santo por mandato familiar, a los 14 años pudo asistir a la Universidad de París, donde sus disolutos compañeros de estudio pretendieron seducirlo, llevarlo por el camino de la perdición y vaya uno a saber qué, pero todos sus intentos fueron vanos, de manera que regresó a su Bretaña natal convertido en letrado y sacerdote.
Párroco en  de Louannec, debido a su especial preocupación por los débiles y humildes, a quienes defendía sin exigir contraprestación, fue pronto conocido como “abogado de los pobres”.
En una ocasión llegó a su parroquia un mendigo leproso. Ivo lo
invitó a su mesa, para darle de comer y beber. De repente, el mendigo resplandeció como una estrella y desapareció con estas palabras: “La paz sea contigo”. A nadie cupo la menor duda de que se trataba del mismísimo Jesucristo.
Patrono de los abogados, notarios y párrocos, protege a los pobres y a los huérfanos y se lo invoca para el buen resultado de un proceso judicial.
Comparte su día con el monje Abban, que hambriento de santidad, fundó tres monasterios en Irlanda, lo que demuestra que jamás estuvo ahíto, y con Vicente, joven castellano martirizado en Ávila de quien sus hermanas Cristeta y Sabina podrían habernos contado su vida, de no haber muerto junto a él.

sábado, 26 de octubre de 2013

26 de octubre

Amando 

Obispo, 594-684

De noble linaje, en plena juventud abandonó su casa y, pese a la oposición familiar, se hizo monje cerca de Tours. Tras una inspiración divina, se acercó a Bourges donde a fin de aplacar su incontrolable sensualidad, vivió quince años encerrado en una celda junto a los muros de la ciudad, en contemplación y ascesis, alimentándose sólo a base de agua y pan de cebada. Cuando ya no tenía deseos de nada, una Voz le ordenó predicar el evangelio entre las clases bajas del pueblo galo, percudidas por el paganismo.
A pesar de que el rey Clotario II reconoció sus dotes y lo invistió con la dignidad episcopal, el endurecido ánimo de los paganos resultó impermeable a cualquier enseñanza. Luego de ser insultado, escarnecido, maltratado y arrojado por enésima vez al río Escalda, Amando se construyó una celda junto a las murallas de la ciudad de Tournay y retomó su antigua vida eremítica.
Vegetó ahí varios años ante la indiferencia general hasta que en una oportunidad, en la que le fuera negado el indulto que pidió para un condenado a muerte, en la noche de la ejecución cortó la cuerda de la que pendía el infeliz y llevó el cadáver a su celda. Lejos de comérselo, como hubiera hecho cualquier otro sometido a su misma dieta, oró hasta la mañana, cuando al contacto del primer rayo de luz, el difunto comenzó a respirar y pronto abandonó la celda. Si bien nadie pudo dar con el ahorcado, que había huido prestamente de la región, el acontecimiento impresionó tan profundamente al pueblo que a partir de entonces las conversiones se hicieron numerorísimas.
Patrono de los cerveceros, su día es también el 6 de febrero, y no debe confundírselo con otro Amando, también obispo, pero de Worms, cuya fiesta se celebra también el 26 de octubre, pero no el 6 de febrero.

viernes, 25 de octubre de 2013

25 de octubre

Crispín y Crispiniano 

Mártires, m. en 287

Diestros zapateros cristianos a los que la leyenda sigue sus pasos de Roma a Soissons, donde pronto los clientes comenzaron a acudir en masa a su taller. Siempre dispuestos a bromear, contaban divertidas historias en las que acababan ridiculizando la idolatría. Tanta era su habilidad que en poco tiempo, hombres y mujeres de diversa condición estuvieron dispuestos a bautizarse y constituyeron una comunidad.
Denunciados por los sacerdotes paganos, Crispín y Crispiniano confesaron su fe ante el prefecto Riccio Varo, quien ordenó flagelarlos, sumergirlos en plomo hirviendo y decapitarlos, para finalmente arrojar lo que quedara de ellos a las alimañas. Sin embargo, un piadoso cristiano recogió sus cuerpos intactos y les dio sepultura, en el lugar exacto en el que siglos después fue erigida de iglesia de Soissons.
Su veneración fue impulsada en el siglo XVII por Enrique Buch, que creó una piadosa hermandad de zapateros remendones, poniéndola bajo la protección de Crispín y Crispián
Patronos de los zapateros, sastres y tejedores, por extensión protegen también a guanteros, peleteros y curtidores de piel.
Comparten el día con Tabita, tejedora de Jaffa resucitada por san Pedro y con Crisanto, a quien la filosofía condujo al evangelio y el evangelio al martirio, no sin que antes él mismo condujera por ese camino a sus amigos Darío, Claudio y Jasón.

jueves, 24 de octubre de 2013

24 de octubre

Antonio María Claret



Obispo y fundador, 1807 - 1870
Tejedor catalán, hijo y nieto de tejedores catalanes, alumno en la escuela nocturna de Sallent, aprendió latín, francés y el oficio de impresor antes de cursar sus estudios superiores en la escuela de Cristo, en la que había hecho su preescolar a los cinco años. Fue entonces que propició su primer milagro: cuando debido a su delicada salud tomaba baños de mar, una ola lo arrastró hacia las profundidades, hasta que se le apareció la Virgen, quien, tras subirlo a la superficie, lo subió a su manto y lo trasladó de regreso a la playa.
A los veinte años dejó su profesión de tejedor y se trasladó a Roma con la idea de hacerse sacerdote y misionero. No pudiendo profesar los votos de la Compañía de Jesús, regresó a Sallent y fundó la congregación de los Hijos del Inmaculado Corazón de María, más conocidos como padres claretianos.
A poco de la fundación, el Demonio le dejó una carta autógrafa en la que le decía: “Estarás contento, ladrón: te han hecho obispo”.
Dicho y hecho: a pesar de todos sus esfuerzos por renunciar a la dignidad episcopal, lo que era lógico y razonable sabiendo de donde venía, el papa en persona le ordenó aceptar el nombramiento de arzobispo de Santiago de Cuba.
Su predicación en el decadente ambiente de la isla le granjeó numerosos enemigos y varios intentos de acabar con su vida, entre ellos el ocurrido en Holguín, donde un embozado le apuñaló la cara y el brazo con el que había procurado defenderse. No sólo no murió sino que al notar que la cicatriz fue tomando la forma de la imagen de la Inmaculada, su espíritu apostólico se enardeció aún más.
Se libró de sus potenciales homicidad cuando se lo llamó a Madrid como confesor de la reina Isabel III de Borbón, quien fue destronada diez años después, obligando al santo a buscar refugio en Francia.
Tuvo todavía tiempo de participar del Concilio Vaticano I, pero totalmente consumido a la edad de sesenta y dos años, entregó su espíritu al Señor y su cuerpo a los gusanos en la abadía de Fonfroide un 24 de octubre de 1870.
Beatificado por Pío XI el 25 de febrero de 1934 y canonizado por Pío XII el 7 de mayo de 1950, protege a los hilanderos y tejedores casi tanto como a los misioneros claretianos, a la Congregación de las Religiosas de María Inmaculada Misioneras Claretianas y, sin que se sepa muy bien por qué, a las islas Canarias.
Lo que queda de él descansa en la catedral de Vich.

miércoles, 23 de octubre de 2013

23 de octubre

Pedro Pascual

Obispo y mártir,  1227 - 1300
Bautizado Pedro en homenaje a Pedro Nolasco, a quien sus padres –estériles ambos– se encomendaron en el acto de concebirlo, se ordenó sacerdote en París, donde fue compañero de estudios de san Buenaventura y Santo Tomás de Aquino.
De regreso en España, ingresó en la orden de la Merced y se dedicó a la redención de cristianos que habían sido cautivos por los árabes. Obispo electo en 1294 por la diócesis de Jaen y confirmado por el papa Bonifacio VIII en 1296, concibió tan acuciante como irracional necesidad de convertir a los musulmanes, que éstos no tuvieron más remedio que cerrarle la boca cortándole la cabeza. Ocurrió en Granada un 6 de diciembre del año 1300.
Desde que fue canonizado el 14 de agosto de 1670 por Clemente X es tenido por patrono de los estudiantes mercedarios y, por extensión, protege a los estudiantes en general, sin distinción de orden religiosa.

martes, 22 de octubre de 2013

22 de octubre

Cordula



Virgen y mártir, m. hacia 238, 386 o 453
Una de las once mil vírgenes que acompañaban a santa Úrsula, durante la masacre de sus compañeras se ocultó en las cámaras inferiores del barco que las transportaba. A la mañana siguiente, avergonzada de su temor y arrepentida de su proceder, se presentó voluntariamente ante los hunos, que la mataron con la misma saña y alevosía que a las otras vírgenes.
Dícese que uno de los cadáveres hallados siglos después en las cercanías de Colonia le fue entregado a un abad de la ciudad como regalo de una abadesa. El religioso había prometido enterrar las sagradas reliquias en un féretro de plata, pero, en su indolencia, las dejó un año entero en un ataúd de madera sobre el altar, hasta que un día, durante los maitines, se abrió la tapa del ataúd, la osamenta descendió del altar y, tras abrirse camino por entre los espantados monjes, desapareció.
El abad, arrepentido de su desidia y negligencia, prometió
humildemente que encargaría el féretro de plata si la abadesa le devolvía aquella o alguna otra de las once mil vírgenes, más todo fue en vano.
Pudo comprobarse que se trataba de sus restos y no de otra virgen cuando Cordula se apareció ante santa Helmtrudis de Neuenheerse y le pidió que su festividad se celebrara el día siguiente al de santa Úrsula, ya que había muerto un día más tarde.
Comparte su día y la veneración de los fieles con la virgen Cándida, con quien también compartió el martirio.
El culto de Cordula comenzó en Colonia en el siglo X, pero sea porque huyó de su féretro o por cualquier otro motivo, las reliquias se perdieron y volvieron a
descubrir más de una vez, de modo que en el siglo XVII hasta doce iglesias diferentes decían tener el cuerpo o la cabeza de la santa, entre ellas el Tempio Malatestiano de Rimini, la catedral de Lanciano y la catedral de Tortosa, donde se asegura que los cráneos de ambas mártires yacen en la sacristía luego de que en 1351 fueran remitidos por el arzobispo de Colonia.
Patronas de Tortosa, protegieron la ciudad en 1605 durante una espectacular crecida del Ebro.
Se la invoca para encontrar personas, objetos y animales perdidos, rogándole con devoción: “Santa Cordulita, santa Cordulita, haz que se me aparezca ahorita”.

lunes, 21 de octubre de 2013

21 de octubre

Úrsula y las once mil vírgenes


Mártires, m. hacia 238, 386 o 453

Es la de la bella princesa bretona Úrsula una historia sorprendente que da acabada cuenta del poder de la Fe.
Prometida en casamiento a un poderoso y pagano príncipe inglés, ella puso condiciones: diez vírgenes inglesas, acompañadas cada una de mil castas asistentas, debían convertirse al cristianismo y marchar con ella en peregrinación a Roma. Además, los ingleses debían proveerle mil criadas (también vírgenes) para su servicio personal. Para sorpresa de Ursula, el príncipe aceptó.
Reunir semejante contingente no ha de haber sido tarea fácil, pero la voz había corrido más allá de las fronteras, y vírgenes de todos los países comenzaron a llegar a la corte britana. Una vez que todas se hubieran convertido a la Fe y pacientemente verificada su condición, Úrsula dio orden de partir.
El rumbo elegido resulta harto sospechoso, ya que en vez de ir
hacia el sur y entrar al Mediterráneo, las vírgenes zarparon rumbo al norte. Pero el piloto era nada menos que un ángel, y en apenas un día las llevó hasta Colonia.
En Colonia, el ángel informó secretamente a Úrsula del trágico final que el Señor había reservado a las vírgenes. Úrsula guardó el secreto, revelando la confidencia únicamente al papa Ciriaco. Pero eso ocurrió recién al día siguiente, en Roma, a la que llegaron en tiempo record después de remontar el Rin hasta Basilea y de ahí marchar un par de miles de kilómetros a pie hasta el Vaticano.
Ciriaco, quien sería eliminado de la lista de papas por “impulsivo”, decidió sumarse a la comitiva de vírgenes y sufrir con ellas el
martirio anunciado. Éste tuvo lugar cuando en el viaje de regreso encontraron Colonia asediada por un ejército de hunos. Ver a las once mil vírgenes y ponerse a aullar fue para los hunos un solo acto, mas las doncellas defendieron a brazo partido su inocencia y fueron salvajemente asesinadas en una matanza poco menos que espectacular.
De Ciriaco nada se sabe, pero es de presumir que también se resistió. Sólo Ursula salió ilesa: admirados de su hermosura, los hunos la habían reservado para su príncipe, quien figura en La Leyenda Dorada con el nombre de Julio, pero siendo huno debía llamarse de cualquier otra forma.
El huno intentó consolar a Úrsula de la muerte de sus compañeras
y, con engañosas palabras intentó hacerla suya. La santa rechazó enérgicamente la proposición, por lo que el huno sacó una flecha de su carcaj y la asesinó. Ocurrió entonces que, presa de un repentino pánico, la horda asiática emprendió la huída, salvándose así Colonia de una segura destrucción.
Los agradecidos habitantes dieron sepultura a los cuerpos de las mártires y erigieron una iglesia en ese mismo sitio.
Siempre existieron dudas respecto a la veracidad de esta edificante historia (la propia Leyenda Dorada no sabe si datarla en el año 258 o en el 452) pero en 1155 muchos miles de huesos fueron descubiertos en el sitio donde la masacre habría
tenido lugar. 
Debido al éxito con que veló por las muchachas a su cuidado, Ursula es venerada como protectora de las jóvenes estudiantes de las escuelas religiosas.
Se la invoca para un matrimonio favorable y una muerte bienaventurada. Su intervención es decisiva en casos de guerra, enfermedad infantil y penas del purgatorio.


domingo, 20 de octubre de 2013

20 de octubre

Adelina de Savigny 

Monja, m. hacia 1125
Hermana de santa Vitalia y nieta de Guillermo, duque de Normandía y conquistador de Inglaterra, Adelina se contentó con el gobierno del convento de La Blanche. Y lo bien que hizo.
Comparte su día con Juan de Kenty, la virgen Fortunata, el obispo Humboldo y la joven Irene, noble portuguesa que, al parecer de algunos, era demasiado bella para consagrarse a Dios. Lo pagó con su vida y su cadáver fue arrojado al Tajo.

sábado, 19 de octubre de 2013

19 de octubre

Fredesvinda 

Abadesa, 680 ‑ 735

El rey Algar deseaba con poco piadoso ardor a Fredesvinda, hija de un príncipe y por tradición obligada a acatar los caprichos reales. Mas nuestra santa, que se había dedicado a Dios, rechazó de plano las proposiciones del monarca, quien en consecuencia intentó tomarla por la fuerza. Ella huyó, decidida a conservar su virtud, pero al toparse con el río Támesis, su camino y su virginidad parecieron haber tocado a su fin. Sin embargo, nunca está dicha la última palabra, especialmente cuando resta la de Dios: un buey que acertaba a pasar por el lugar, le ofreció su lomo y la llevó generosamente hasta la otra orilla.
Algar no cejaba en su persecución. Con un grupo de secuaces seguía a pie las huellas de la muchacha. Cuando se encontraban a punto de descubrirla, ella pronunció una súplica a la casta santa Catalina y al instante Algar quedó ciego.
Más tarde, el soberano se arrepintió de su comportamiento, de manera que Fredesvinda le devolvió la vista mediante otra oración.
Ya en vida, se hizo evidente su santidad a través de múltiples milagros. En una ocasión topó por el camino con un leproso. Tan pronto como éste la divisó a lo lejos, le gritó: “¡En el nombre de Cristo, bésame!”. La muchacha se le aproximó y, superando su repulsión a los hombres o a los reyes, hizo la señal de la cruz y le estampó un cariñoso beso en los labios purulentos. Poco después, las costras se desprendieron de la piel del leproso y su carne se tornó sana y fresca como la de un niño. Las crónicas no aclaran qué ocurrió con la de la santa.

viernes, 18 de octubre de 2013

18 de octubre

Lucas 

Evangelista, m. hacia el año 86

Médico grecoparlante oriundo de Antioquia que encontró apasionante el estudio del virus del cristianismo. Reclutado por el apóstol Pablo, de quien se convirtió en compañero inseparable, escribió de oídas un Evangelio que, a diferencia de los demás, ha sido concebido para una audiencia de gentiles y hace hincapié en la universalidad de Cristo más que en un repaso de las profecías judías.
Cuando tenía ochenta y cuatro años fue ahorcado en un olivo en Patrás.
Lucas fue pronto venerado como pintor de la Virgen María, a quien jamás había visto en su vida, detalle que no impidió que le hiciera siete retratos fidedignos.
Cuando en el 590 la peste asolaba Roma, el papa Gregorio ordenó que se llevara a cabo una procesión de tres días. En ella, el más célebre retrato pintado por el evangelista, La madonna y el niño, antes propiedad de la emperatriz Pulqueria, fue sacado de la iglesia Santa María Maggiore para ser llevado por las calles y la peste se desvaneció como por encanto.
El emblema de Lucas es un buey alado. Si bien el símbolo resulta inexplicable, le ha granjeado la veneración de los carniceros.
Por razones obvias, asume muy especialmente el patronazgo de los pintores, médicos y cirujanos, de los notarios porque redactó las “actas” de los apóstoles y vaya uno a saber por qué, es también patrono de los encuadernadores.
Asimismo, suele ser muy eficaz para propiciar buenas condiciones climáticas.

jueves, 17 de octubre de 2013

17 de octubre

Margarita María Alacoque 

Monja estigmatizada, 1647 – 1690 
La precocidad de Margarita María es casi inigualada, ya que cuando apenas contaba con dos años de edad Jesús se le apareció en una visión, abrió Su pecho, extrajo Su corazón y se lo mostró a la aterrorizada niña. La Sagrada Víscera llevaba alrededor una corona de espinas y de su interior crecía una cruz.
Más tarde, cuando todavía no había alcanzado a cumplir siete años, se sintió inspirada a hacer voto de castidad, sin siquiera tener la más remota idea de qué podía significar “voto” y, mucho menos, “castidad”.
Entre los ocho y los quince años permaneció postrada, víctima de una parálisis, posiblemente poliomielitis, de la que sanó merced a un milagro. Más tarde, luego de algunos coqueteos con jóvenes que, a su modo de ver, eran nada comparados con el Señor, ingresó al convento de las salesas de Paray-le-Mondial.
No obstante la estrecha relación de camaradería que estableció con
la hermana María Catalina, Cristo siguió visitándola por las noches, para abrir Su camisa y extraer Su corazón palpitante. En cierta oportunidad, Margarita se le ofreció y Él le extrajo el corazón, poniéndolo en Su propio pecho. Fue entonces que Margarita María sintió que su corazón se consumía como en un horno ardiendo. Luego Cristo lo sacó de nuevo como una llama, lo devolvió a su antiguo lugar y dijo: “Aunque cierro la herida de tu corazón, el dolor quedará para siempre. Hasta este instante has sido mi esclava, ahora te nombro mi discípula”
 El Señor también se quejaba de la humana desafección con estas palabras: “Los hombres reaccionan con frialdad y rechazo a mi
apasionado afán por hacerles el bien. Dame tú al menos una alegría reparando lo mejor que puedas tanta ingratitud”, encomendándole intervenir para que se introdujera en la liturgia la fiesta del Sagrado Corazón de Jesús.
La Madre Superiora del convento no tomaba con mucha seriedad las visiones de la santa, y sus hermanas se mostraron bastante resentidas cuando Margarita María les informó que Jesús le había pedido personalmente a ella expiar los pecados de todas.
No conforme con esto, Margarita María empezó a ser llevada todas las noches por el propio Cristo a compartir la última cena, ocupando el lugar reservado a san Juan. Lógicamente, tal privilegio tenía que provocar los celos de la gente pequeña y mezquina. Un comité teológico, convocado ex profeso para juzgar la conducta y los dichos de nuestra santa, se expidió considerando que sus supuestas visiones eran engañosas.
Pero el Señor no abandonaría a Margarita María, procurándole,
antes de su muerte, una Gracia incomparable. Se aparecieron ante la extasiada monja las tres personas de la Trinidad. El Padre le dio los instrumentos del suplicio, el Espíritu Santo le anunció que la abrasaría con amor y Cristo la clavó en la cruz.Cuando Margarita María murió, ya poseía bien ganada fama de santidad y su congregación había comenzado a practicar el culto al Sagrado Corazón que ella había prescripto.
No se le conocen patronazgos, pero se recomienda su invocación en casos de poliomielitis.

miércoles, 16 de octubre de 2013

16 de octubre

Galo



Misionero, m. hacia 645

Misionero irlandés que siguiendo a su maestro Columbano, pasó con otros monjes a las Galias y de ahí a toda Europa, a la que sembraron de monasterios.
Al intentar convertir a los helvecios, llevado por su celo Galo arrojó los ídolos paganos al lago de Zürich, lo que aumentó la ira y la testarudez de los lugareños. A raíz de esto, los monjes no tuvieron nada que comer, hasta que de súbito se abrió el cielo y durante tres días seguidos llovieron codornices asadas. Pero ni aun así los monjes pudieron vencer la obstinación de los irreductibles helvecios, quienes atribuyeron la peculiar granizada a sus ídolos de barro y no al Dios Verdadero.
Sin embargo, una noche, mientras se encontraba pescando, Galo escuchó como un trueno que sonaba en la lejanía. Era el espíritu de la montaña diciendo: “Ayúdame, ayúdame contra estos extraños que me han arrojado de mi propio templo”. A lo que el espíritu del lago respondió: “Uno de ellos pesca siempre aquí, sin que me haya sido posible rasgar sus redes. No podemos con él”.
Galo regresó presuroso y relató el prodigio a sus compañeros, quienes no sólo le creyeron sino que esa noche, cuando reunidos para la oración empezaron a salmodiar, oyeron en las montañas los
espantosos lamentos y gritos de los espíritus paganos, que se alejaban gradualmente hasta desaparecer.
Los milagros de Galo no acabaron ahí: cuando, decidido a instalar su ermita en una región boscosa cercana a la fuente de Steinach, preparaba el terreno para cultivarlo, un oso surgió de la espesura gimiendo de dolor. Lejos de huir, Galo se acercó a la fiera y le sacó la espina que se había clavado en su garra. La bestia se lo agradeció llevando leña a los hermanos.
En cuanto a animales más desagradables, como las serpientes, Galo se limitaba a hacerlos desaparecer mediante la señal de la cruz. Lamentablemente no pudo hacer lo propio con los bárbaros alamanes, que los atacaron numerosas veces, asesinando a dos monjes a raíz de lo cual Columbano decidió interrumpir la misión y marchó a Italia.
Así y todo, Galo permaneció en el lugar junto a los monjes Magno y Teodoro, dando origen al monasterio de Saint Gallen, cuya biblioteca fue mundialmente célebre hasta nuestros días.
Patrono de la diócesis de Saint Gallen, protege a las ocas y las gallinas. Curiosamente, no a los osos, por lo que se encuentran al borde la extinción.

 

martes, 15 de octubre de 2013

15 de octubre

Teresa de Jesús 

Fundadora, 1515 ‑ 1582

Oriunda de Ávila, mostró desde muy joven un temperamento tan apasionado como fantasioso que la llevó, apenas hubo terminado la lectura de Vidas de Santos, a abandonar el hogar para ser martirizada por los moros. Infortunadamente, los moros ya habían sido expulsados de la península, de manera tal que unos años más tarde pudo ingresar sin un rasguño al espacioso convento de las Carmelitas que se alza en la ciudad de Ávila.
Todo transcurrió según lo acostumbrado hasta que, en 1555, Teresa recibió la sorpresiva visita de santa María Magdalena y de san Agustín, quienes le mostraron el desagradable lugar que se le reservaba en el infierno.
Luego de la tremenda experiencia, Teresa comenzó a escuchar voces, caía con frecuencia en éxtasis, levitaba y hasta llegó a asegurar que un ángel enviado por Jesús había clavado en su corazón una flecha de oro con la punta de fuego. Cuando su confesor, san Pedro de Alcántara, comprobó que esas experiencias paranormales eran de origen místico y no psicótico, Teresa se propuso salvar no sólo su propia alma sino la del Mundo.
Arrebatada por las ansias de santidad, se empecinó en reformar a las Carmelitas, devolviéndoles la austeridad de los primeros tiempos, lo que le granjeó muchas enemistades y provocó la escisión de la orden, que se dividió así entre descalzas y normales, o calzadas. No obstante, encontró tiempo para escribir su autobiografía, un clásico de la literatura mística, a la que llamó El castillo interior, fundó sesenta conventos de la facción descalza e hizo mucho bien a pobres y enfermos.
A su muerte fue enterrada en un  sencillo ataúd de madera bajo tierra húmeda. Dos años más tarde se abrió la tumba, comprobándose que tanto la madera como el hábito se habían podrido, no así las enaguas, perfectamente conservadas. El cuerpo, por su parte, aparecía cubierto de moho y barro verdoso, pero no mostraba el menor indicio de descomposición, presentándose la carne suave, de radiante blancura, perfumada y sensible. Se separó la mano izquierda, que fue llevada a Ávila y a continuación la volvieron a sepultar. Cuando al cabo de un año fue nuevamente exhumada, se halló todo igual que en la oportunidad anterior, aunque esta vez le quitaron un brazo.
Y así se continuó, por años, exhumando su cadáver de tanto en
tanto y quitándole trozos, llegándose al extremo de seccionarle una costilla, el pie derecho y diversos fragmentos de carne, todos ellos para servir como reliquias apropiadas para la veneración popular. Cierta vez una lega excavó la tumba, abrió el pecho de la santa con un cuchillo y le extrajo el corazón, pero fue descubierta (y seriamente amonestada) ya que las gotas de sangre fresca y el aroma celestial del órgano invadieron el convento delatando así a la culpable. Grande fue la sorpresa de las jerarquías al comprobar que el corazón de la santa mostraba la herida causada por una perforación que lo dividía horizontalmente y lo partía casi en dos mitades; alrededor de la herida podían verse las quemaduras del misterioso fuego que había ardido en la punta de la flecha seráfica.
En 1750 el cuerpo de Teresa fue enterrado en la iglesia de Alba y, por última vez, diez años más tarde, volvió a ser exhibido al público junto a las rejas del coro durante toda una noche. Su cadáver, horriblemente mutilado, sirvió de inspiración a los creyentes y espanto de los herejes, quienes al ver el tratamiento que los cristianos daban a sus santos temblaron de sólo imaginar lo que serían capaces de hacer con enemigos.
Durante muchos años su mano incorrupta descansó en la alcoba del Generalísimo Francisco Franco, siendo su constante inspiración y la de su señora esposa.
Patrona de Alba de Tormes, de Ávila, de España, protectora de los pasamaneros y de la orden de las Carmelitas, es invocada en casos de intensa jaqueca.


lunes, 14 de octubre de 2013

14 de octubre

Calixto


Papa, 255 - 222
El esclavo Calixto, administrador de bienes de Carpóforo, alto funcionario del emperador Cómodo, tuvo que permanecer tres años en las minas de azufre de Cerdeña, acusado de malversación de fondos, para abrazar el cristianismo recién en el 190, luego de ser liberado gracias a la intercesión de Marcia, una de las concubinas cristianas del emperador.
Designado en Antium por el papa Víctor, fue trasladado a Roma a pedido del papa Ceferino, quien lo nombró su secretario personal. Fue entonces que Calixto puso su experiencia al servicio de la Iglesia organizando un cementerio modelo en la Via Apia, hoy conocido como “catacumbas de san Calixto”, un modo tan bueno como cualquier otro de afirmar su fe en la vida eterna.
A la muerte de Ceferino fue designado su sucesor, lo que en esos
tiempos de desorden no era un impedimento, hasta que en el siglo V el pontífice León el Magno pudo al fin poner las cosas en su sitio impidiendo que los esclavos accedieran a las más altas dignidades de la Iglesia de Roma.
De todos modos, el culto y elocuente Hipólito, remoto precursor del cisma ortodoxo, mártir en su momento y en consecuencia también santo, se le opuso con tenacidad debido a que Calixto aceptaba el casamiento entre personas libres y esclavas, así como permitía el retorno a la iglesia de los fornicarios, llegándolo a acusar de modalismo, una doctrina según la cual Dios no era tres personas en una sino un ser individual y único, herejía comúnmente conocida como monoteísmo.  
Indiferente al hecho de que el papa, nada menos que el papa, contraatacara acusándolo de rigorismo, apoyado por sus seguidores Hipólito llegó a hacerse nombrar pontífice, lo que lo convirtió en el primer antipapa de la historia eclesiástica.
Prueba de que el Señor todo lo iguala, tanto Calixto como Hipólito fueron martirizados por los paganos, que los enviaron expeditivamente a la corte del Señor, donde siguen disputando sobre Su naturaleza, en vez de preguntarle directamente si es Uno o Trino.