8 de septiembre
Adrián
Torturador y mártir, m. hacia 300
Oficial del ejército romano y guardaespaldas de la
corte imperial de Nicomedia, hacía de policía y de verdugo. Harto del
oficio, se pasó del lado de los sospechosos y siguió su suerte. Inmediatamente detenido
por las fuerzas de la ley, fue torturado con los demás cristianos, siendo
alentado por su esposa santa Natalia hasta el mismo momento de su muerte.
Ocurrió así: en tanto las disposiciones de Maximiano
buscaban que los creyentes abjuraran de la Fe, no se los ejecutaba directamente sino tras
prolongadas sesiones, durante las que eran visitados por sus parientes en el
entendimiento de que, horrorizados del sufrimiento de sus seres queridos, los
convencerían de apostatar.
Pero Natalia era diferente: cuando después de
la primera sesión de tortura, vio a Adrián regresar a su celda, pensando que
había flaqueado se negó a recibirlo. Una vez que
Adrián la sacó de su error, ella misma lo acompañó a su celda, le lavó las
heridas y lo confortó.

Alentó a su marido con estoicismo
ejemplar y cuando los prisioneros resultaron condenados, sobornó al verdugo
para que Adrián fuera el primero en ser martirizado, pues temía que la visión
de la muerte de los demás lo debilitara. Más aún, ella misma puso amorosamente los pies de su
esposo en el yunque sobre el cual se triturarían los pies y manos a Adrián. El
verdugo cortó los pies, y Natalia dijo a Adrián: “Siervo de Cristo, si aún
vives, extiende tu mano hacia mí. Él vivía y extendió la mano, que ella tomó y
al ser cortada, la mantuvo junto a sí, escondiéndola en su vestido, como
amuleto o recuerdo.
Finalmente, luego de ser literalmente
despedazados, Adrián y los mártires fueron quemados, aunque una fuerte lluvia
impidió su completa destrucción, de manera que por la noche los cristianos tomaron lo que quedaba, pues se trataba de reliquias.
Más tarde, Natalia visitó la tumba de su esposo, se arrodilló y falleció dulcemente, según establece el Acta Sanctorum. Es que, a diferencia de Adrián, ella no había torturado a nadie, fuera de a su marido
Las reliquias de Adrián, Natalia y
los otros mártires aparecen en Roma en el siglo VII, donde, al menos en teoría,
aún hoy estaría el cuerpo casi entero de san Adrián, menos la mano que Natalia
llevó
escondida entre sus vestidos. Pero según se dice una parte de la
osamenta habría sido donada por Juan VIII al monasterio de San Pedro de Estonca,
mientras que en el monasterio de San Claudio de León se conservarían un brazo
de Adrián y uno de Natalia, al tiempo que otros trozos estarían repartidos entre
una antigua abadía, cerca de Oviedo, Balneare, cerca de León, y Cellas, cerca de
Lisboa.
Contradiciendo a todo el mundo,
la iglesia belga de Hainaut se jacta de poseer los cuerpos enteros de Adrián y
Natalia, nada
menos que gracias a una donación de unos misteriosos
descendientes directos, creencia desmentida por una mandíbula y parte de un
brazo depositados en Colonia, mientras que Praga tiene un cuerpo entero al que
le falta un brazo, en Gante yace cristianamente un cuerpo, en Bolonia una
cabeza, un brazo en Lobbes, un diente en Flandes y diferentes pedazos estarían en
Agincourt, Douai, la catedral de Brujas y la iglesia jesuita de Mecheln.
Evidentemente, los esbirros
romanos hicieron un buen trabajo.
Útil para protegerse de los
rayos, se lo invoca contra el amor de las mujeres piadosas.
¿torturador???? Te pasas, era funcionario, no torturador.
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