28 de noviembre
Jaime de la Marca
Predicador
volante, 1391‑1476
Franciscano italiano
también llamado Domenico, Giacomo o
Jacopo Gangala, predicó la paz entre
cristianos y la guerra contra otomanos, bogomilos, husitas y fratichelli, lo
que lo llevó por los caminos de Italia, Austria, Bosnia, Dalmacia,
Croacia, Bosnia, Bohemia, Moravia, Silesia, Eslovenia, Alemania, Suecia, Dinamarca,
Polonia y Hungría. Por todas partes fundó conventos, iglesias, hospitales, bibliotecas,
montepíos, pozos y cisternas públicas.
Nombrado juez
para arbitrar en el conflicto entre franciscanos conventuales y observantes, su
decisión del 2 de febrero de 1456 disgustó a ambas partes por igual, lo que según
se mire puede ser considerado prueba de justicia y equidad.
En De
sanguine Christi effuse, uno de
sus dieciocho libros, expuso la teoría de que la sangre que Cristo había
perdido durante la Pasión
no se había unido a su persona divina durante los tres días en que había permanecido
enterrado y muerto. Esta opinión fue encontrada herética por el inquisidor Giacomo
da Brescia, que lo citó en el tribunal; Jaime no acudió y, después de algunos
requerimientos, apeló a la Santa
Sede, que no llegó a pronunciarse, razón por la que aun se
ignora qué pudo haber ocurrido con esa sangre.
Pasó los últimos
3 años de su vida en Nápoles, y fue enterrado en la iglesia franciscana de
Santa María la Nueva,
donde todavía es posible admirar su cuerpo incorrupto.
Beatificado por
Urbano VIII en 1624, fue canonizado por Benedicto XIII en 1726.
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