11 de agosto
Equicio
Abad, m. 571
En su edad
madura alcanzó a llevar una vida tan santa que fue elegido abad de muchos
monasterios del sur de Italia. Pero no siempre había sido así: durante su
juventud era violentamente acosado por las tentaciones de los sentidos, la
pasión de la carne y los placeres del sexo, que en vano trataba de moderar
mediante la oración y la penitencia.
Harto de los
excesos de Equicio, una noche Dios envió un ángel que lo castró con un
reluciente cuchillo. A partir de entonces estuvo tan libre de cualquier
tentación, como si por lo que atañía a su cuerpo, no tuviera sexo.
Cuando no
alcanza con la oración y la penitencia, el Señor se ve obligado a cortar por lo
sano.
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