4 de diciembre
Bárbara
Virgen y mártir, muerta en 237.Además de pagano, Dióscoro era un padre celoso, aquejado presumiblemente de una severa perturbación mental que lo llevó a la singular idea de encerrar a su hija Bárbara en una alta torre a fin de que ningún hombre pudiera ver su extraordinaria belleza. Sin embargo, un cristiano masculino, del que se carece de mayores datos, conseguía hacerse camino hasta el interior del reducto para introducir la Fe en la hermosa muchacha.
Cuando Dióscoro
tuvo que ausentarse por negocios, ordenó que se construyera un nuevo cuarto de
baño en la torre. Bárbara pidió a los albañiles que en vez de dos, el baño
dispusiera de tres ventanas. Por alguna extraña razón, creía ver en ellas el
misterio de la Santísima Trinidad. Como si eso fuera poco, Bárbara colgó una
cruz en la pared.
A su regreso,
Dióscoro, fuera de sí, desenvainó su espada y
pretendió asesinar a su
descarriada hija, pero ella huyó a campo traviesa y se ocultó en una cueva.
Un pastor la
delató (y recibió su merecido, pues ipso facto el Señor convirtió a sus ovejas
en langostas y a él mismo en una piedra). Dióscoro llevó a su hija a casa, arrastrándola
de los pelos, pero al ver que ni las amenazas, los golpes o el hambre podían
contra su Fe, la entregó al juez.
Bárbara fue
violentamente azotada por orden del magistrado, pero por la noche se le
apareció un ángel, la fortaleció con el cáliz y la sagrada hostia y curó sus
heridas, de manera tal que a la mañana siguiente lucía más encantadora que
nunca.
Ante la contumaz
rebeldía de la joven el juez se vio obligado a aplicar todo el peso de la ley
y, tras infligirle horribles torturas, ordenó que se le arrancaran los pechos.
Otra joven, de
nombre Juliana, al ver el martirio de Bárbara, proclamó su fe cristiana al ser invadida
de un intenso deseo de sufrir. Su deseo fue satisfecho.
Acto seguido
ambas muchachas fueron exhibidas ante la muchedumbre como si se tratara de
animales, y condenadas a muerte. Sin embargo, Dióscoro decidió tomar
personalmente el asunto en sus manos, llevó a su problemática hija a lo alto de
una montaña y le cortó la cabeza. Pero la tragedia no acabó ahí, ya que de
inmediato el Señor envió un rayo y Dióscoro quedó convertido en cenizas. Como
lo oyen.
Patrona de los
arquitectos, artilleros, mineros, bomberos, presos y militares, protege los
ferrocarriles subterráneos, las fortalezas y las torres y es invocada con
singular eficacia contra los rayos, la tempestad, el fuego, la fiebre, la peste
y la muerte súbita.
Resulta útil
para procurar una feliz hora póstuma.
Mire usted cómo, tanto tiempo después, sigue la romana joven obrando milagros: acabo de darme cuenta del porqué del nombre de los almacenes pàra oroyectiles y municiones en los barcos: la "santabárbara".
ResponderEliminarSalute ! Muy bueno, como siempre.