lunes, 2 de diciembre de 2013

2 de diciembre

Bibiana

Virgen y Mártir, hacia 303
Hija de los mártires san Flavián (22 de diciembre) y santa Dafrosa (4 de enero) y hermana de santa Demetria (21 de junio), Bibiana fue inducida a seguir la carrera familiar por Juliano el Apóstata, a quien se le dio por reintroducir el paganismo en el Imperio Romano. Para tal fin procedió con toda lógica a perseguir a los cristianos.
Un prefecto de nombre Aproniano encerró a Bibiana (a la sazón una hermosa doncella fanatizada por el entorno hogareño) en una mazmorra junto a un hato de dementes y epilépticos.
No consta que Bibiana haya procedido a curarlos ni obró más milagros que el de mantener intactos su himen y su fe, por lo que el prefecto decidió llevarla a un burdel, es de presumir que en calidad de pupila. Pero su perseverante oración la protegía
maravillosamente contra todas las tentaciones, propias y ajenas.
Fuera de sí, Aproniano hizo que le arrancaran los vestidos, la ataran –desnuda y casta– a una columna y la azotaran con látigos cargados de plomo hasta que Bibiana se desplomó sin vida.
No satisfecho, el verdugo le clavó todavía el puñal en el pecho y arrojó su cadáver a los perros salvajes, los que, sin embargo, se abstuvieron de tocar el cuerpo, prueba incontrastable de que los perros salvajes se encuentran más cerca del Señor que los paganos.
Patrona de los epilépticos, dementes y bebedores, es invocada contra el dolor de cabeza, los accidentes, los espasmos y las convulsiones.

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