10 de diciembre
Eulalia
Mártir, hacia 292 - 304
Una de las
famosas santas de España, hija del senador romano Liberio, nació en Emerita
Augusta, la actual Mérida. No había cumplido los 12 años cuando se presentó
ante el gobernador Daciano para protestar por un decreto imperial que prohibía
el culto a Jesucristo y ordenaba adorar los ídolos paganos.
El gobernador
intentó razonar con ella, mostrándole todos los instrumentos de tortura. Y le
dijo: "De todos estos sufrimientos te vas a librar si le ofreces este pan
a los dioses, y les quemas en sus altares este poquito de incienso". Mas
Eulalia lanzó lejos el pan, echó por el suelo el incienso y respondió
temerariamente: "Al sólo Dios del cielo adoro; a Él únicamente le ofreceré
sacrificios y le quemaré incienso. Y a nadie más".
Daciano mandó
que la golpearan con varillas de hierro, desgarraran sus tiernos pechos y los
abrieran con garfios sus virginales costados, hasta llegar a los huesos, y sobre
sus heridas colocaran antorchas encendidas.
Todo lo que se
le escuchó decir fue: "He aquí que escriben Tu nombre en mi cuerpo. ¡Cuán
agradable es leer estas letras, que señalan, oh Cristo, tus victorias! La misma
púrpura de mi sangre exprimida habla de tu santo nombre".
Tan abstraída
estaba Eulalia contando sus heridas, que no advirtió que su hermosa cabellera
se prendía fuego, pero la ardiente fe de la niña fue más viva que las llamas,
que ni siquiera pudieron destruir su cuerpo.
Antes de dar su
último suspiro, una blanca paloma surgió volando de su boca y tomó el camino de las estrellas, provocando la huida aterrorizada de
los verdugos.
Milagrosamente
preservados por una oportuna nevada, sus despojos mortales fueron
subrepticiamente rescatados por anónimos y piadosos cristianos de la localidad.
Hoy descansan en la catedral de Oviedo.
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