sábado, 14 de diciembre de 2013

10 de diciembre

Eulalia 

Mártir, hacia 292 - 304


Una de las famosas santas de España, hija del senador romano Liberio, nació en Emerita Augusta, la actual Mérida. No había cumplido los 12 años cuando se presentó ante el gobernador Daciano para protestar por un decreto imperial que prohibía el culto a Jesucristo y ordenaba adorar los ídolos paganos.
El gobernador intentó razonar con ella, mostrándole todos los instrumentos de tortura. Y le dijo: "De todos estos sufrimientos te vas a librar si le ofreces este pan a los dioses, y les quemas en sus altares este poquito de incienso". Mas Eulalia lanzó lejos el pan, echó por el suelo el incienso y respondió temerariamente: "Al sólo Dios del cielo adoro; a Él únicamente le ofreceré sacrificios y le quemaré incienso. Y a nadie más".
Daciano mandó que la golpearan con varillas de hierro, desgarraran sus tiernos pechos y los abrieran con garfios sus virginales costados, hasta llegar a los huesos, y sobre sus heridas colocaran antorchas encendidas.
Todo lo que se le escuchó decir fue: "He aquí que escriben Tu nombre en mi cuerpo. ¡Cuán agradable es leer estas letras, que señalan, oh Cristo, tus victorias! La misma púrpura de mi sangre exprimida habla de tu santo nombre".
Tan abstraída estaba Eulalia contando sus heridas, que no advirtió que su hermosa cabellera se prendía fuego, pero la ardiente fe de la niña fue más viva que las llamas, que ni siquiera pudieron destruir su cuerpo.
Antes de dar su último suspiro, una blanca paloma surgió volando de su boca y tomó el camino de las estrellas, provocando la huida aterrorizada de los verdugos.
Milagrosamente preservados por una oportuna nevada, sus despojos mortales fueron subrepticiamente rescatados por anónimos y piadosos cristianos de la localidad. Hoy descansan en la catedral de Oviedo.



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