domingo, 11 de agosto de 2013

11 de agosto

Equicio



Abad, m. 571
En su edad madura alcanzó a llevar una vida tan santa que fue elegido abad de muchos monasterios del sur de Italia. Pero no siempre había sido así: durante su juventud era violentamente acosado por las tentaciones de los sentidos, la pasión de la carne y los placeres del sexo, que en vano trataba de moderar mediante la oración y la penitencia.

Harto de los excesos de Equicio, una noche Dios envió un ángel que lo castró con un reluciente cuchillo. A partir de entonces estuvo tan libre de cualquier tentación, como si por lo que atañía a su cuerpo, no tuviera sexo.

Cuando no alcanza con la oración y la penitencia, el Señor se ve obligado a cortar por lo sano.

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