30 de julio
Godeleva
Mártir, 1049-1070
No obstante
haber consagrado su himen al Señor, para congraciarse con el duque de Boloña su
padre la entregó al noble Bertuflo, quien se había sentido sumamente atraído
por la belleza de la niña.
No bien llegó a
su nuevo hogar, su desalmada suegra y su flamante esposo, irritados por su
piedad, la encerraron en una celda, manteniéndola alejada del mundo, sin que
eso le impidiera dedicar su tiempo a los pobres, lo que puede ser considerado
su primer milagro.
Su dedicación a
Dios y a los pobres no parece haber sido retribuida en un primer momento, ni
por los pobres ni mucho menos por Dios, ya que, por orden de su suegra, fue
finalmente estrangulada por dos criados.
Pero el Señor no
olvida: Beltulfo se volvió a casar, esta vez con una mujer menos abocada a la
oración, ya que pronto quedó embarazada. Fue entonces que Godeleva propició su
segundo milagro: la niña nació ciega.
El infortunado
incidente facilitó el tercer milagro de la santa: curar a la pequeña. Nadie
sabe cómo ni por qué, pero eso dice la tradición.
Ocurrió en
Ghistelles, Flandes.
Comparte su día
con Julita, virgen de Cesárea, que, por negarse reiteradamente a encender
incienso a los dioses paganos fue encendida ella misma. Los dioses paganos se
mostraron muy satisfechos, pero el Cielo recibió así un nuevo refuerzo para su
ejército de santos.
Se dice que su
alma murió, mientras su cuerpo permaneció incólume, lo que es verdaderamente
incomprensible. De todos modos debe tomarse en cuenta que sucedió en el 303, en
un mundo pagano.
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