27 de julio
Cugat
Mártir, 304
Conocido en
español por el raro nombre de Cucufato y nacido en la culta Cesárea, provincia
romana de Cartago, se trasladó a la sin Dios Barcelona a predicar la buena
nueva del Evangelio.
Detenido por las
autoridades, se dice que le abrieron el vientre y le sacaron las tripas, que él
se las volvió a meter dentro del abdomen, que se cosió luego con un cordón, que
trascartón el emperador Galerio lo condenó a morir en la hoguera, pero que un
viento súbito apagó las llamas. Después lo encerraron en un lúgubre calabozo,
acompañado de bestiales carceleros que, lejos de torturarlo, abrazaron la Fe Verdadera, hasta
que Dios o Galerio le permitieron ingresar al Cielo por la puerta grande:
degollado.
Enteradas de su
martirio las jóvenes Juliana y Semproniana acudieron a sepultarlo, pero las
sepultaron con él.
Ocurrió en el
304, una época en que decapitar cristianos era un signo de distinción.
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