sábado, 27 de julio de 2013

27 de julio

Cugat



Mártir, 304
 
Conocido en español por el raro nombre de Cucufato y nacido en la culta Cesárea, provincia romana de Cartago, se trasladó a la sin Dios Barcelona a predicar la buena nueva del Evangelio.
Detenido por las autoridades, se dice que le abrieron el vientre y le sacaron las tripas, que él se las volvió a meter dentro del abdomen, que se cosió luego con un cordón, que trascartón el emperador Galerio lo condenó a morir en la hoguera, pero que un viento súbito apagó las llamas. Después lo encerraron en un lúgubre calabozo, acompañado de bestiales carceleros que, lejos de torturarlo, abrazaron la Fe Verdadera, hasta que Dios o Galerio le permitieron ingresar al Cielo por la puerta grande: degollado.
Enteradas de su martirio las jóvenes Juliana y Semproniana acudieron a sepultarlo, pero las sepultaron con él.
Ocurrió en el 304, una época en que decapitar cristianos era un signo de distinción.

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