Arnulfo
Obispo, 580 - 640.
De familia distinguida, casó con Doda, una condesa franca que le dio dos hijos: Anseguis y Clodulfo, que sería santo. De acuerdo a las costumbres de la época, se distinguió como comandante militar del rey Teodeberto, pero mientras disfrutaba emolumentos y honores mundanos junto a su amigo Romarico, no se olvidó de cosas más elevadas y espirituales.
Llamado por Dios o
harto de Teodeberto, Doda y los niños, contrajo matrimonio con la iglesia de
Metz, donde fue consagrado obispo en el año 611, siempre acompañado de Romarico.
Quince años después,
obtuvo la designación de un sucesor y se retiró a los Vosgos, para casarse con
la soledad, que nunca fue tanta ya que todo lo siguió haciendo en compañía de
Romarico. Y así vivió en comunión con Dios hasta su muerte.
Sus restos,
enterrados por el pegajoso Romarico, fueron transferidos un año más tarde, por orden
del obispo Goerico, a la basílica de los
Santos Apóstoles en Metz.
“No he hecho nada bueno en la vida”, dijo en su lecho de muerte.
En Metz no piensan lo mismo y lo han hecho
santo.
Al igual que
otro Arnulfo, también obispo, aunque de Soissons, se lo venera también el 18 de
julio y ambos son tenidos por santos patronos de los cerveceros, que los creen
uno solo, pero lo ven doble.
No hay comentarios:
Publicar un comentario