21 de julio
Víctor
Mártir, c 292
Al poco tiempo de haber mandado degollar a toda la legión
Tebea, el emperador Maximiano visitó Marsella, donde, temiendo lo peor, los
fieles comenzaron a temblar por sus vidas y no pocos a renunciar a Cristo.
El oficial romano Víctor iba de casa en casa a visitar a sus
hermanos en la Fe
para exhortarles al desprecio de la muerte e inspirarles el deseo de la vida
eterna, que no son la misma cosa pero lo parecen. Sorprendido por las
autoridades, fue reprendido, tomado por loco y llevado ante el tribunal, donde
los prefectos Asterio y Eutiquio le representaron el peligro que corría, explicándole
además cuán estúpido era perder las ventajas de sus servicios a favor de un príncipe
poderoso por querer adorar a un miserable carpintero judío, que encima estaba
muerto.
Víctor repuso que renunciaba a todas las ventajas, que no podía
servir más que a Jesucristo, Hijo eterno de Dios, que se había hecho hombre y resucitado
después de muerto. De acuerdo a todo lo que pasó después, se puede decir que por no querer servir a dos
señores, fue triturado entre dos ruedas de molino.O viceversa.
Patrono de los molineros por su
muerte y de los marinos por su ciudad de nacimiento, comparte su día con Práxedes
y con Daniel, uno de los profetas mayores, especialista en interpretar sueños,
autor de profecías abstrusas y amigo de los niños, los leones y otras bestias.
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