Sinforosa
Mártir junto a sus siete hijos, m. en 130
En una ocasión
en que el emperador Adriano había inmolado en honor a sus dioses robustos
bueyes y nobles corderos con el propósito de interrogar al oráculo, los dioses
le negaron toda revelación diciéndole: “La viuda Sinforosa nos atormenta a diario
invocando a su propio dios”, nombrando al Señor en minúsculas, tal como
acostumbran hacerlo los dioses paganos, que no son Uno y Trino, sino muchos.
Adriano hizo
llevar a la viuda y a sus siete hijos a su presencia, conminándola a cesar con
sus oraciones, pero ella se mantuvo firme, tras lo cual el emperador ordenó
abofetearla, colgarla de los cabellos y ahogarla en el agua.
No satisfecho con esto, ordenó atar a los hijos a
siete estacas, donde valiéndose de tornos, los esbirros les descoyuntaron las
articulaciones. Luego, una vez que Crescencio fue estrangulado, Juliano recibió
una puñalada en el pecho, el corazón de Nemesio fue perforado por una lanza, a
Primitivo le acuchillaron todo el cuerpo, a Justino le destrozaron la cadera, a
Estacteo le abrieron el costado y a Eugenio, el menor, lo rasgaron de arriba
abajo como a una tira de papel, Adriano consiguió al fin consultar al oráculo
sin interferencias
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