29 de julio
Lupo de Troyes
Licántropo, m. hacia 479
Llamado también
Lobo y Lope, después de haber probado los fuegos del matrimonio y los placeres
del convento, sucedió a san Ursus en el obispado de Troyes, ciudad a la que
liberó de un peligroso dragón. Algunos han querido ver en esta historia una
metáfora de la derrota de Atila y la liberación de la región de los hunos que
hasta la llegada de Lupo la habían asolado.
En efecto, en el
año 451 el santo salió al paso del Azote de Dios, convenciéndolo de retornar a
sus estepas de origen, aunque justo es decir que, a cambio de respetar Troyes,
en su repliegue los hunos saquearon toda la región. Los romanos acusaron al
obispo de haber ayudado a los hunos a escapar y Lupe tuvo que dejar Troyes con
precavida premura.
Los
historiadores descreen de esta historia, aunque Sidonio refiere que los hunos
decían haber sido contenidos por dos bestias salvajes, un lobo (Lope, Lupus) y
un león (el papa del mismo nombre). Y si lo dice Sidonio, por algo será.
En todo caso, es
sabido que por medio de la oración los hombres de Dios son
capaces de obrar maravillas. Por la oración obtuvo Elías que bajase fuego del
cielo, Manases alcanzó misericordia en la prisión, Ezequías restableció su
salud, Judit y Ester preservaron al pueblo de Dios y, finalmente, la oración
libró a Daniel de los leones y a san Pedro de sus cadenas.
Los restos de Lupo,
que descansaban en la catedral de Troyes, fueron profanados y dispersados el 9
y 10 de enero de 1794, dejando apenas una parte de su cráneo, prueba de que la Revolución Francesa
fue un azote aun más terrible que Atila.
Es invocado en
casos de posesión diabólica, parálisis, epilepsia e invasión huna. Carece de
efectos contra jacobinos, montagnards y
sans culottes.
¡Muy bueno! Me encantó encontrar el blog, por medio del Pájaro Rojo (todo hay que decirlo)
ResponderEliminarSalute !