15 de febrero
Sigfrido
Apóstol de los suecos, m. hacia 1045
Sacerdote inglés
que a pedido del rey Olaf fue enviado a Suecia, donde al decir del abate Dom
Philippe Rouillard, hizo elevar en unos cuantos grados la temperatura del cristianismo,
congelada desde hacía más de un siglo.
Durante sus
viajes, Sigfrido convirtió a muchos suecos, lo que le granjeó el odio de los paganos,
que comenzaron por asesinar a sus tres sobrinos, que Sigfrido había dejado en
la diócesis de Wexlow, al sur de Gotland.
Fuera de sí, el
rey torturó salvajemente a los asesinos hasta que confesaron su crimen, tras lo
cual los condenó a muerte, mas Sigfrido estaba tan poseído de amor hacia los
hombres que convenció al rey de que los perdonara. Olaf accedió, imponiéndoles
una elevadísima multa en dinero contante y sonante, del que Sigfrido se rehusó a
tomar ni un solo öre, no obstante necesitar del dinero para construir su
iglesia.
No hizo más nada,
pero luego de su muerte, junto a su sepulcro ocurrieron numerosos milagros y,
lo que es más importante, el 1158, fue canonizado por el papa Adriano IV, que por
experiencia propia conocía las dificultades de la evangelización en Noruega. Tanto
es así, que optó por ser papa en vez de santo.
Sigfrido comparte
su día con Georgina, una desdibujada
joven de Auvernia aficionada a las palomas, con Faustino y Jovita, convertidos
en espectáculo circense por el emperador Adriano y finalmente decapitados en el camino de Cremona, en el año 122.
En este día también recordamos a Walfredo, un italiano
autoritario que después de tener cinco hijos, los metió a todos en un
monasterio mientras él se dirigía a Monteverde. Entre Volterra y Piombino fundó
el monasterio de Palazzuolo y, a menos de veinticinco kilómetros, un monasterio
para mujeres, donde encerró a su esposa.
Cuando descubrió que la vocación es cosa personal y no hereditaria,
fue canonizado por el papa Pío IX, pero eso ocurrió recién en 1861, 769 años
después de su muerte. Para sus hijos y su esposa, ni el descubrimiento ni la
canonización supusieron consuelo alguno.
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