sábado, 22 de febrero de 2014

22 de febrero

Pedro Damiano

Doctor de la Iglesia, 1007 – 1072 
Pedro nació en Rávena, en el seno de una familia numerosa y de escasos recursos. Sus padres fallecieron al poco tiempo y fue enviado a vivir donde su cruel hermano mayor, que lo sometía a malos tratos y llegó a convertirlo en un porquerizo.
Adoptado posteriormente por los monjes, el padre Damián lo tomó bajo su custodia y fue en honor a ese santo varón que adoptó más tarde el apodo de Damiano.
Pronto adquirió fama de profunda religiosidad, la que quedaba probada por su costumbre de llevar cilicio, practicar prolongados ayunos y orar durante largos períodos con los brazos extendidos.
Eventualmente se hizo ermitaño y fue el primero en advertir al papa
León ix que el matrimonio de los sacerdotes era un vicio antinatural. Gran campeón del celibato, cuando se le observó que el apóstol Pedro era casado, nuestro santo explicó que había sido necesario el martirio del apóstol para limpiar la suciedad de su matrimonio.
Monje benedictino, dirigió el monasterio de Fonte Avellana, en Umbría, donde exigió que monjes y monjas se flagelaran con regularidad y, tal como él lo hacía contra sí mismo con nunca desfallecido celo, en estado de completa desnudez. Como reformador de su orden, delegado papal en difíciles misiones diplomáticas y finalmente cardenal de Ostia, fue, a pesar o a causa de su apasionada inclinación al sado, una de las personalidades más influyentes de su época.
Patrono de Faenza, es invocado contra el dolor de cabeza.
Comparte su día con Isabel de Francia, Juana María Bonomo y la bella y escandalosa Margarita de Cortona, que adolescente aun,
huyó con un rico terrateniente que le robó la virtud, le dio un hijo y la hizo vivir en pecado hasta que fue asesinado por unos salteadores. Guiado por su perro, Margarita encontró en el bosque el cuerpo putrefacto de su amante y tanta fue su impresión que se hizo terciaria franciscana. Cuatrocientos años después, el papa Benedicto XIII la hizo santa.

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