miércoles, 19 de febrero de 2014

19 de febrero

Conrado 

Ermitaño franciscano, m. en 1351

Conrado era un noble rico y egoísta que no trepidaba en incendiar partes del bosque para dar rienda suelta a la enfermiza pasión que sentía por la caza. Quiso Dios que en cierta oportunidad el fuego se descontrolara y pronto todo el bosque quedara envuelto en llamas.
Las autoridades culparon de la catástrofe a un pobre labrador, sorprendido en las inmediaciones con un manojo de leña bajo el brazo. Tras un hábil interrogatorio lograron que confesase, por lo que fue ejecutado para alborozo de los justos, escarmiento de los pobres y advertencia a los incendiarios.
Conrado había salido indemne pero, siendo noble y rico y estando por tanto habituado a la impunidad, no interpretó el episodio como señal de favor divino. Por el contrario, su conciencia comenzó a atormentarlo de tal modo que acabó por perder placer en la caza y el incendio de bosques, cayendo en un estado de honda depresión.
Como sea, lo cierto es que quedó pobre y se separó de su esposa, quien ingresó en la orden de las clarisas, mientras Conrado peregrinaba a Roma, donde fue acogido en la orden de san Francisco.  
Lo que ocurrió después es motivo de controversia. Hay quienes sostienen que Conrado confesó su culpa y fue sometido a juicio.
Las costas procesales y distintas indemnizaciones devoraron su fortuna y hasta la dote de su desdichada esposa. Otra versión, en cambio, afirma que Conrado se desprendió voluntariamente de todos sus bienes. Finalmente, no falta quien diga que, arruinado por la desgracia y los intereses, se desembarazó de las preocupaciones financieras haciéndose franciscano y, no conforme con esto, más tarde, dejó de lado toda otra preocupación haciéndose ermitaño. 
Instalado más tarde en Sicilia, cerca de Siracusa, llevó una vida de ermitaño practicando la profecía y el milagro. 
Cuéntase que en ocasión de una hambruna, el obispo acudió a su cueva pidiéndole que hiciera algo para aliviar al pueblo. Milagrosamente, Conrado produjo pan y tortas frescas. 
Era vox pópuli también que al momento de sus confesiones, dondequiera tuvieran lugar, el santo era rodeado por decenas de pájaros. 
Patrono de Plasencia y protector de los cazadores y los pirómanos, es invocado contra el hambre, los bomberos, la carestía de la vida y las hernias.

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