viernes, 19 de julio de 2013

19 de julio

Justa y Rufina



Neuróticas, m. 287


Es mucho lo que se ignora de estas dos andaluzas ciudadanas de Roma, integrantes de una familia que practicaba el cristianismo en forma clandestina y, ya más abiertamente, la alfarería. Se sabe apenas que en ocasión de una fiesta en honor a Venus, unas mujeres que marchaban en la procesión, al pasar frente a su casa rompieron unas jarras que había junto a la puerta, que en retribución ellas rompieron la imagen de Venus y que la policía les rompió el cuello.
Todo esto sucedió, si sucedió, en el año de Gracia 287, en la ciudad de Sevilla.
Veneradas en su ciudad natal, donde se celebra su culto el 17 de julio, son protectoras de los alfareros y cacharreros, así como de la catedral de Sevilla y de la Giralda.
De entre todas las cosas que se ignoran de ellas sobresale la razón por la que protegen el alminar de una mezquita.
Comparten su día con Vicente Paúl, protector y patrono de los galeotes y nos niños abandonados, con Macrina la Menor y con Arsenio, funcionario romano que al jubilarse no se retiró a una casita de los suburbios sino al desierto de Egipto. Esperaba encontrar a Dios.




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