14 de septiembre
Crescente
Niño
y mártir, c. 303
Hijo de san Eutimo, noble romano martirizado
en Perugia durante la persecución de Dioclesiano, Crescente fue decapitado a
los once años de edad en la vía Salaria, a las afueras de Roma.
En el siglo XI, por disposición del obispo
Antifredo, algunas de sus reliquias fueron transportadas a Siena, mientras que
cinco siglos después, otras fueron trasladas a Tortosa, de suerte que, tras ser
decapitado por los paganos, el niño mártir acabó siendo descuartizado por sus
hermanos en la Fe. Tanto lo
querían.
Otro Crescente
fue un discípulo de san Pablo, quien, por razones que se desconocen, lo envió a
morir a la Galia.
Comparte su día con Catalina de Génova quien, casada sin amor, hizo locuras durante cinco años hasta que Jesús le lavó el corazón con su propia sangre y la encaminó hacia los leprosos. Los besaba en sus llagas, lo que era visto como signo de santidad y no de chifladura.
¡Tiempos santos aquellos!
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