viernes, 13 de septiembre de 2013

12 de septiembre

Guido


Peregrino, m. 1012

Campesino de Brabante al que de tanto tocar la campana los domingos y hacer la colecta, se le dio hacerse sacristán en una iglesia de Lacken, donde la cercanía con Bruselas lo tentó a hacerse comerciante de ultramar.
Habiendo invertido sus bienes en un buque, lo perdió todo durante una tempestad. O bien porque no tenía de qué ni dónde vivir o acaso en penitencia por su codicia, se le ocurrió caminar hacia Roma y Jerusalén.

Volvió tan cansado que se detuvo en Anderlecht, donde murió.

Enterrado como un vagabundo cualquiera, su santidad quedó demostrada cuando en su tumba empezaron a ocurrir numerosos milagros. 
La noticia se esparció, la devoción por el santo se hizo popular, sus reliquias se volvieron motivo de peregrinación y, así como lo ven, es hoy el santo más popular de Bélgica.

Protector de los linyeras, es patrono de los epilépticos, los sacristanes y los cocheros. Se lo invoca con singular éxito contra las convulsiones infantiles y los perros rabiosos.

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