12 de septiembre
Guido
Peregrino, m. 1012
Campesino de
Brabante al que de tanto tocar la campana los domingos y hacer la colecta, se
le dio hacerse sacristán en una iglesia de Lacken, donde la cercanía con
Bruselas lo tentó a hacerse comerciante de ultramar.
Habiendo invertido sus
bienes en un buque, lo perdió todo durante una tempestad. O bien porque no
tenía de qué ni dónde vivir o acaso en penitencia por su codicia, se le ocurrió caminar
hacia Roma y Jerusalén.
Volvió tan
cansado que se detuvo en Anderlecht, donde murió.
Enterrado como
un vagabundo cualquiera, su santidad quedó demostrada cuando en su tumba
empezaron a ocurrir numerosos milagros.
La noticia se esparció, la devoción por
el santo se hizo popular, sus reliquias se volvieron motivo de peregrinación y,
así como lo ven, es hoy el santo más popular de Bélgica.
Protector de los
linyeras, es patrono de los epilépticos, los sacristanes y los
cocheros. Se lo invoca con singular éxito contra las convulsiones
infantiles y los perros rabiosos.
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